Alguien corrió el arco de lugar

 

Estaba seguro que iba a salir bien. Era un proyecto que –si era exitoso- me posicionaba para un ascenso, probablemente en otro país.

-Y qué pasó Emilio?

-Hice todo lo que tenía que hacer y salió mal. Arranqué corriendo por la cancha, gambeteé uno, después otro, no saqué la mirada ni de la pelota ni del arco ni de los que me atacaban…y cuando llegué al área alguien había corrido el arco de lugar.

-Faltó algo?

-Sí. Parar la pelota.

-Contame.

-Me llamaron  y me retaron porque hubo temas que no vi  y la pelota no entró. Me dijeron que estaban seguros de mis skills técnicos pero que hubieran querido que  patee  puertas. Esos imponderables no eran mi culpa pero sí mi responsabilidad. Ahora lo veo.

-Qué faltó?

-Me enfoqué en mi área de confort: lo técnico y dejé lo emocional de lado, me comí la pelota.

-Donde está la pelota ahora?

-Ni idea.

-OK. ¿Si hicieras una interpretación imaginando que pegó en el palo y tenés una oportunidad de patear. Contame cuáles serían los pasos a dar?

-Ah, claro, capaz pegó en el palo y puedo correrla. Patear puertas.

-Qué esperás de vos?

-Ser delantero, meter el gol. Ser ofensivo.

-Emilio, conforme descubrís otras cualidades podés  hacer uso de cualquiera de ellas y escoger la que sea más adecuada para meter el gol.