Las búsquedas laborales representan situaciones fuertemente emocionales. Son procesos de descarte, de gran exposición, que algunos entienden que se trata de un examen, y así lo viven.
Del lado de las empresas y consultoras muchos se enfocan en lo hard, sus pergaminos, sus resultados, en que el proceso sea rápido y cumpliendo los pasos del procedimiento . Lejos de cuestionarlo, ayuda recordar que tenemos delante una persona, que muchas veces llega en un estado de necesidad y vulnerabilidad importante que merece nuestro mejor costado para que pueda ofrecer – además de aptitudes- la actitud, valores, responsabilidad y calidad de trabajo. Y para poder descubrir este fit cultural, todos tenemos que reconocer la importancia y el respeto a su emocionalidad al momento del encuentro.
En mi opinión, algunas organizaciones pretenden más que resultados a cambio de un salario, buscan formar equipos con gente que se sume a la tarea de hacer más y mejor las cosas y que realmente comparta un ideal, proactivamente.
Es cierto hablamos del negocio, pero sobre todo hablamos de personas que merecen todo el respeto, la seriedad y el profesionalismo posibles de las tres partes. No se trata de tapar agujeros ni de eliminar candidatos.
A más tolerancia y más receptividad, mejores resultados.
